
La Balma somos el primer proyecto que inició obras de entre todos los adjudicados en suelo municipal en el concurso del Ayuntamiento de Barcelona de 2016
Somos un grupo heterogéneo e intergeneracional, desde bebés hasta personas sexagenarias y con muy diversas tipologías familiares. Formamos el grupo a una treintena de personas agrupadas en 20 unidades de convivencia. Encontramos familias monoparentales, parejas, parejas con hijos, adultos cohabitante y unidades individuales (desde jóvenes hasta personas ya actualmente jubiladas). Esta diversidad del grupo es la riqueza por encarar el proyecto de vida comunitaria. Unas cuantas personas del grupo motor hemos vivido siempre en el barrio de Poblenou, trabajamos o tenemos una relación directa.
Para entrar a vivir cada unidad de convivencia ha tenido que realizar una aportación de capital inicial retornable que oscila entre los 28.000 y 38.000 €. Las cuotas mensuales, que incluyen servicios y suministro, van de los 512 hasta los 800€ por vivienda.
PROCESO PARTICIPATIVO
Una de las mayores singularidades y potencialidades del modelo de vivienda cooperativa es la implicación como futuras usuarias y usuarios de manera activa en el desarrollo de las diferentes fases del proceso de promoción: creación de una organización social, toma de decisiones de forma co ·lectiva, co-diseño, etc. Son procesos democráticos de autoorganización y cooperación en los que las socias y socios tomamos un rol de centralidad. En este sentido, la gestión participativa tanto del proceso como de su resultado adquiere una gran relevancia.
Nuestro grupo se fue gestando entre los meses de septiembre y octubre de 2016. En el marco de la FESC del mismo año se amplió y fortaleció a partir de los talleres promovidos y dinamizados por el equipo de Sostre Cívic, donde coincidimos con la voluntad de formar parte del grupo para optar al solar de Poblenou del concurso del Ayuntamiento de Barcelona.

Desde entonces, tenemos el apoyo de equipos técnicos especializados en las tareas que no podemos asumir de forma independiente. Por ejemplo, en el proyecto arquitectónico contamos con la colaboración de Lacol y LaBoqueria, equipos especializados en la dinamización de procesos de participación en el ámbito de la arquitectura y la vivienda cooperativa.
A partir de dinámicas participativas, definimos según nuestras necesidades e inquietudes actuales los usos de espacios comunitarios. ¡Repensamos la vivienda colectiva donde vivimos para adaptarla al modelo de vida que imaginamos!
EL PROYECTO COMUNITARIO DE BARRIO
Queremos fomentar formas de convivencia más comunitarias, que potencien la interrelación entre las personas que habitan el edificio y también con el barrio y personas externas a la cooperativa, y conseguir construir un edificio que necesite su entorno.

Así, hemos llevado a cabo un proyecto de inclusión social pionero en el movimiento de la vivienda cooperativa catalana: una de las viviendas está destinada a dos jóvenes extutelados, gracias a un programa conjunto con Punto de Referencia, entidad que trabaja para favorecer la emancipación de esta juventud en situación de vulnerabilidad, y financiada por el Proyecto Libres (Coop57, Òmnium Cultural y ECAS). Además, estos jóvenes participaron en todo el proceso de diseño del proyecto y participan de la gestión democrática del edificio.
Queremos también fomentar formas de convivencia más comunitarias, compartiendo un local en planta baja con las personas y asociaciones del barrio y llevando a cabo diferentes proyectos para mejorar la calidad de vida de las personas del entorno.
EL PROYECTO ARQUITECTÓNICO
Contamos con espacios flexibles y polivalentes que evolucionan con el grupo en función de los cambios tanto de las unidades de convivencia como de las propias personas que van a habitar el edificio: incorporación de nuevos miembros, nacimientos, procesos de crecimiento de los niños-adolescentes, procesos de envejecimiento de los adultos…
Así, las tipologías parten de un módulo básico de 50m2 y partir de la anexión de unidades habitables de 16m2 (consideradas espacio común de uso privativo a términos legales) permiten crecer y decrecer las viviendas. Estas piezas son cedidas por la cooperativa a las unidades familiares que lo necesiten en cada momento, por tanto, se convierte en un mecanismo para gestionar los cambios alternativo a la rotación. Esta propuesta es viable por el hecho de que la gestión del edificio es responsabilidad de la propia comunidad.

Las viviendas reducen su superficie (5-10%) para poner en común servicios como lavandería, estudio, habitaciones de invitados o trasteros, permitiendo así que la colectivización no suponga un sobrecoste, sino lo contrario, un ahorro y una ganancia de superficie y de calidad de vida.
El proyecto arquitectónico cuenta con 225m2 de superficie interior destinada a espacios comunitarios, más zonas semi-exteriores y exteriores, donde encontramos los siguientes usos: Sala de estar - comedor, sala polivalente, biblioteca y espacio de trabajo, una lavandería por planta, espacio de salud y cuidados conectado con habitaciones auxiliares, habitaciones para invitados, almacenamiento común e individual por plantas, cubierta equipada y zona de estar exterior, aparcamiento de bicicletas, espacio de herramientas y zona taller.


Hemos trabajado el proyecto con criterios ambientales para conseguir un edificio pasivo que sea refugio de pobreza energética. Esta conciencia se amplía al modelo de movilidad y de consumo. Por un lado, potenciamos los espacios por bicicletas y se pone el debate en la necesidad del coche y la construcción del aparcamiento. Por otro lado, apostamos por un consumo ecológico relacionando la cooperativa con cooperativas de consumo del entorno y por la autoproducción con huertos en cubierta.
La gestión de los residuos (con espacios específicos en planta baja) y la voluntad de cerrar el ciclo del agua con el medio natural (retorno de agua de lluvia en el subsuelo y pozos para suministro de agua para el riego y consumos no potables) son acciones directas que se suman a todas las anteriores para reducir la huella ecológica y el impacto ambiental de la comunidad.

LA CONVIVENCIA EN LA BALMA
La tarde del 15 de julio de 2021 recibimos las llaves de nuestros hogares en un acto frente a nuestro edificio donde participaron todas las entidades, administraciones y empresas de la economía social y solidaria que han hecho posible el proyecto.


Tribu, raíces, rescoldo, comunidad, luz, semilla... son muchos y muy diferentes los significados que La Balma tiene por nosotros y con los que llenamos un árbol de palabras aquel jueves 15, un árbol que todavía adorna la sala común principal del edificio. Ahora, con los nidos individuales ya hechos, empezamos a llenar de vida los espacios comunes poco a poco…
Se trata de un modelo de convivencia que hemos elegido para romper con el hiperindividualismo y conjugar respetuosamente intimidad y comunidad. Es una nueva forma de vivir que representa un antes y un después para todas nosotros:
"Una alegría por dentro increíble. Ha superado todo lo que había imaginado.”
"Es intimidad, comunidad y red. Me hace sentir muy segura.”
"Yo vivía sola y pensaba que estaba bien, ahora estoy mucho mejor."
¿QUIERES VIVIR EN LA BALMA?
La Balma actualmente está lleno y sin vacantes. Si en algún momento se da baja al proyecto, se comunicará a todas las socias y socios de la cooperativa. Te recordamos que el criterio principal a la hora de transmitir el derecho de cesión de uso de una vivienda es elorden de antigüedad a Sostre Cívic, como se recoge en el artículo 14 de los nuestros estatutos. Si todavía no eres socia o socio, puedes hacerlo desdeesta página!




Y si quieres contactar con nosotros para cualquier duda o comentario, puedes escribirnos en info@labalma.sostrecivic.cat
El solar donde se levanta el proyecto de La Balma es un solar municipal, cedido por el Ayuntamiento de Barcelona en 2017.
