CONOCE A LAS SOCIAS

Marina Codina tiene treinta y cuatro años y es bióloga. Es vecina del Poble-Sec (Barcelona) y siempre ha estado involucrada diferentes colectivos y movimientos sociales populares del barrio. Desde 2015 forma parte del grupo semilla La Corrala, uno de los nuestros grupos semilla, formados por socias expectantes a Sostre Cívic que esperan oportunidad para empezar a construir una vida en común. El objetivo de La Corrala es mantenerse arraigadas en el barrio.

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Carmen tiene sesenta y un años, es madre y se dedica a la educación infantil. Es de Barcelona, ​​pero nació en una familia de montaña, y se marchó de la ciudad buscando naturaleza. Actualmente vive en Rubió, un municipio rural de la comarca de Anoia, desde donde espera poder mudarse a Solterra, en Sant Hilari Sacalm, uno de los proyectos de vivienda específica para personas mayores de Sostre Cívic, del que forma parte como socia del grupo impulsor.

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Dentro de Sostre Cívic conviven perfiles muy diversos y no sólo existe una sola manera de ser socia. Hace cuatro años que Marina Potrony es socia trabajadora de la cooperativa, tomando un rol que va más allá de la dimensión laboral.

Trabaja como técnica de administración y contabilidad desde la primavera del 2018, pero el mundo del cooperativismo y la economía social no le eran desconocidos cuando empezó. Fue concejala de las áreas de Servicios Financieros, Participación y Vivienda en su pueblo, Navàs, y vive con mucha satisfacción trabajar en un proyecto como el de Sostre Cívic, alineado con sus ideales y valores.

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Anna Corrons tiene 62 años, y hace ocho que forma parte de Sostre Cívic. Es madre y abuela, y pensionista después de una vida profesional en la administración pública. Desde 2015 forma parte de Can 70, la que será la primera vivienda cooperativa senior de Barcelona, ​​que tiene previsto empezar la construcción de su edificio en el barrio de Sarrià este 2024.

 

Mercedes tiene treinta y nueve años y hace unos seis años llegó a Sostre Cívic a través del activismo. Es una de las integrantes de la Associació Caliu, que tiene como objetivo fomentar la vivienda cooperativa en Badalona, ​​su ciudad, y trabaja en una consultoría de políticas públicas que cocreó con dos compañeros en 2019. Actualmente, forma parte de Sostre Cívic a socia expectante y su experiencia en temas de género le ha llevado a ser una de las participantes en la creación del Protocolo para la prevención y el abordaje de las violencias machistas y LGTBIQ-fóbicas de la cooperativa.

Benjamín tiene cuarenta y siete años y es una de las personas que en 2026 entrará a vivir en El Cairó, el primer proyecto de vivienda cooperativa de Granollers. Él conocía Sostre Cívic desde hacía tiempo y, hace cuatro años, cuando empezó a impulsarse este proyecto, decidió hacerse socio. Ahora forma parte del consejo rector de la cooperativa, desde donde ha podido tomar una perspectiva más amplia de todo lo que se hace. Esu proyecto laboral es Granollers Pedal, una asociación que promueve la ciclomovilidad y con la que Sostre Cívic está desarrollando un proyecto singular de movilidad sostenible.

Pepa Rocha tiene sesenta y seis años y está jubilada. En 2019 decidió hacerse socia de Sostre Cívic porque quiere vivir en comunidad lejos de la presión inmobiliaria. Ella es una de las futuras vecinas del proyecto de vivienda cooperativa más grande realizado hasta ahora en Cataluña y España, que incluye una comunidad inclusiva acompañada por el Grupo cooperativo TEB de hasta 24 personas con discapacidad intelectual.

Pol tiene treinta y dos años y siempre ha vivido en el municipio de Calonge y Sant Antoni, en la comarca del Baix Empordà. Lleva un año viviendo en La Sala, el primer proyecto de vivienda cooperativa en cesión de uso para jóvenes que existe en el país. En un entorno de precarización laboral y de un mercado inmobiliario centrado en el turismo, y con la colaboración del Ayuntamiento de Sant Antoni y Calonge, rehabilitamos en 2022 un edificio en desuso propiedad de una entidad financiera para poner en disposición de la juventud del pueblo catorce viviendas con el objetivo de ofrecerles una alternativa asequible y digna para emanciparse.

En junio de 2014 vecinos y vecinas del barrio del barrio de la Floresta en Sant Cugat se unieron para denunciar la falta de vivienda accesible y el colectivo 6 Claves ocupó Les Casetes dels Mestres, un edificio en desuso de propiedad municipal. Dentro de este proceso, Sostre Cívic logró un acuerdo con el Ayuntamiento e impulsó Clau Mestra, una vivienda cooperativa en cesión de uso gestionada por Sostre Cívic. Antonio es una de las personas que vive allí desde inicios de este 2023, tiene cincuenta y siete años, trabaja como técnico de mantenimiento industrial y ha sido una de las personas claves en el proyecto de autoconstrucción de las viviendas.